jueves, 2 de diciembre de 2010

Letras cinematográficas

El cine y la literatura han ido siempre de la mano. Uno y otro se han nutrido una y otra vez. En el segundo programa hablamos de Harry Potter y las reliquias de la muerte el séptimo capítulo de la saga escrita por J.K. Rowling. Este es sólo uno de los ejemplos de lo que podríamos denominar 'letras cinematográficas': toda novela escrita que posteriormente ha sido llevada al cine.





Ver la cartelera con varias películas que en su inicio eran adaptaciones de novelas escritas nunca ha sido algo raro. Han sido muchos los directores o guionistas que han fotografiado la magia que trasmitía una novela en sus páginas. Y esa capacidad para fotografiar es lo que ha hecho que una adaptación haya sido considerada buena o mala, pues son muchos los que no han fotografiado la obra literaria con una fidelidad completa: bien por el cambio que hay de un medio a otro bien por la imaginación de director o guionista.

Las diferencias entre largometraje y literatura hacen obligatorio la pregunta: ¿Qué es mejor el libro o la película? En muchos casos la pregunta es muy complicada; en otros la balanza se decanta más fácil a favor de las letras o de las imágenes.

En el caso de El Padrino esa pregunta es difícil de responder. El libro se mantuvo entre los primeros puestos de la lista de libros más vendidos durante 67, y se vendieron 21 millones de copias. Podríamos catalogarlo, sin ningún miedo como un 'bestseller'. Los derechos de la novela fueron comprados a Mario Puzo por 400.000 dólares.

La película, además de ser considerada una película de culto, es ganadora de tres premios Oscar en 1972. En este ejemplo, novela y largometraje difieren en la importancia de los personajes. En la novela de El Padrino el personaje de Johnny Fontane tiene mucha más relevancia que en la película. Parece ser que el mismo Frank Sinatra presionó para que se evitasen el mayor número de similitudes entre Fontane y él. De ahí la brevedad en la trama de este personaje.

Años más tarde, un tiburón "atacó" y asustó a todo aquel que acudió al cine. Tiburón sigue siendo considerada como una de las películas que más tensión ha creado en las salas de cine. El director novato de aquella película, hoy es considerado director de culto: Steven Spilberg. A pesar de ser una de las películas más taquilleras y de ser considerada la primera película 'blockbuster', a Spilberg se le negó hacer la secuela por considerarlo "arriesgado" y con posibilidades de caer en lo "repetitivo".

La novela en la que está basada la película es de Peter Bentchley, que a su vez está basado en un hecho real ocurrido en 1916 en Matawan creek (New Jersey, EE.UU.). El final de película y obra difiere. En las páginas de Bentchley el tiburón moría enredado en los cables, mientras que en el filme la muerte era más espectacular.

Hilarante sería, años más tarde, la adaptación a film de El diario de Bridget Jones.  El tema central de la película es el cambio de vida de mujer que sobrepasa la treintena de años. En este largometraje, los problemas femeninos vendieron, además de algunas situaciones hilarantes. La autora Helen Fielding fue la creadora del mundo de Bridget Jones. Fue la misma Helen la que escogió a Colin Firth para su personaje de Mark Darcy debido, precisamente, a la obsesión manifiesta que Bridget tiene por él a raíz de su interpretación del Sr. Darcy en la mini serie de la BBC Orgullo y Prejuicio.

Pero no todo son buenas noticias. La adaptación de Soy leyenda trastoca poco a poco muchos detalles, llegando a un producto final totalmente distinto de la obra literaria. Desde la historia de Robert Neville hasta el final y pasando por la forma en la que se propaga el virus o el papel y la importancia que adoptan algunos personajes. Quién fuera al cine esperando ver una adaptación fiel de la novela escrita por Richard Matheson, volvería a su casa con una gran decepción; no obstante, la película si consigue transmitir la soledad que el autor de la novela trata de impregnar a su relato literario.

Como agua para chocolate bien podría ser considerada otra película no tan buena como el libro. Quizás el relato contado por Laura Esquivel dejó el pabellón muy alto. Los mensajes de los meses o las recetas que aparecen, que endulzan la historia que acompañan, permiten que dejemos volar nuestra imaginación. La adaptación a la gran pantalla es buena pero, como ya hemos comentado antes, no tanto como el relato.

Estos son sólo algunos ejemplos. La nueva oleada de adaptaciones (Harry Potter, El Señor de los Anillos, Crepúsculo, Las crónicas de Narnia...) no hace más que rejuvenecer el compromiso entre las letras y las imágenes. Un  idilio que dura desde el nacimiento del cine y que perdurará durante muchísimo tiempo.

Foto: yoleoyocomento.blogspot.com

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