Después de un verano muy movido en el tema institucional con la salida de Lopera y la "entrada" de Luis Oliver, la intervención de la jueza Alaya en el club, nombrando a tres administradores de las acciones de Farusa, el 29 de agosto daba inicio la segunda temporada consecutiva del conjunto verdiblanco en la Categoría de Plata. Habían llegado buenos jugadores como Jorge Molina, Ruben Castro o Salva Sevilla, de contrastada calidad para llevar al equipo a su sitio, pero todos estos fichajes fueron eclipsados por los problemas en la dirección del club que centraban toda la preocupación de la parroquia verdiblanca y que hizo que llegara el partido contra el Granada casi sin darse cuenta.
El equipo empezó la liga como un ciclón, encadenando cuatro victorias consecutivas, venciendo al conjunto nazarí, Recreativo de Huelva, Elche y Valladolid que hizo que sumara un inmaculado 12 de 12 en su casillero de puntos y que de paso, los aficionados verdiblancos olvidaran, si es que se podía, los problemas que tenían en las altas esferas del equipo de las trece barras. Posteriormente, llegó la primera derrota ante el Albacete en el Carlos Belmonte, que hizo saltar las primera dudas, las cuales se calmaron después de estar siete partidos invictos jugando contra rivales de entidad como el Rayo, al que vapuleó en el Villamarín, Celta o Xerez. Los números no dejan lugar a dudas: es el equipo más goleador de la categoría con 31 goles. Además, Goitia es el Zamora de la competición, habiendo encajado sólo doce goles en trece jornadas y siendo, junto al equipo vigués, la escuadra que menos derrotas ha tenido, sólo dos.
El principal causante de este arranque tan halagüeño ha sido su entrenador, Pepe Mel, que ha sabido dar su toque de experiencia a una plantilla muy joven y remozada respecto al año anterior, y que también ha actuado como psicólogo del plantel al aislarlo del lío en la institución, para que no afectara al equipo, al rendimiento y a los aficionados. También ha sabido lidiar con un toro como Emana, al que ha podido apaciguar y meter en el grupo, estando completamente comprometido este año con el equipo como no lo había estado en los dos años anteriores. Con una personalidad muy fuerte ha dado su toque a un equipo que necesitaba de un general fuerte en la dirección.
El éxito también radica en una plantilla, en la que parece que, después de muchos años, se ha acertado por fin con los fichajes. Un conjunto que combina experiencia en la categoría con mucha juventud proveniente de una cantera que vuelve a dar una buena camada de jugadores con infinitas ganas de triunfar en el fútbol y sobre todo, en Primera. Nombres como los de Dorado, Miguel Lopes, Iriney o los canteranos Beñat y Ezequiel se han ganado el respeto de una afición verdiblanca deseosa de nuevos ídolos después de tanta "estrella" que han tenido que soportar los últimos años sin ningún rendimiento favorable.
El futuro se presenta favorable para la nave verdiblanca si se mantiene el ritmo de crucero que ha marcado Mel y su plantilla en estas primeras jornadas y nada, y más que nada nadie, intenta interferir en su trabajo y en el buen ambiente que reina en la plantilla, como hacía años que no se veía por Heliópolis. La Segunda División es muy larga y habrá momento en los que se atraviese el bache que pasan casi todos los equipos, como dijo el madrileño, pero seguro que si todo sigue igual y se mantiene el trabajo se conseguirá el objetivo final. Los cimientos están puestos y bien agarrados, sólo queda que el edificio siga creciendo.
Foto: verfutbolonline.com
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