Insípido en su primera parte y loco en la segunda. Así podría calificarse el choque disputado en la tarde de ayer en el Sánchez Pizjuán. Los de casa se jugaban Europa, los visitantes echar una mano a su entrenador, si bien ambos conjuntos anhelaban mejorar su propia moral.
El partido entre Sevilla y Getafe se presentaba como el encuentro en el que los dos conjuntos buscaban la continuidad de juego. La primera parte fue dominada por un Sevilla frio y lento en la circulación. Palop apenas tuvo trabajo y la defensa consiguió achicar todos los balones que los azulones mandaban al área, que no fueron muchos. Los locales tampoco hicieron demasiados méritos para ponerse por delante, pero Romaric y Kanouté supieron aprovechar el error de la zaga getafense, en primera instancia el “Cata Díaz” tapa mal un balón en largo para el mediocentro sevillista y éste consigue colgar una pelota fácil de despejar para Marcano, quien terminará regalando el esférico al de Mali para batir a Codina.
En la segunda parte el Sevilla se quedó en la caseta y los pupilos de Michel saldrían a comerse a los sevillistas, la charla del míster surtió efecto. En la segunda mitad el centro del campo azulón se comería a los rojiblancos, y por ahí llegaría la primera victoria visitante. Tuvo que ser mediante un claro penalti como llegara el primer gol. Manu del Moral lanza un tiro potente desde los 11 metros batiendo a un Palop que poco más pudo hacer aparte de rozar el cuero. A continuación llegaría el mazazo de la noche para los locales. Miku caza un balón muy alto colgado al área, se inventa un regate en el que se deshace de su marcador y en el área pequeña fusila al guardameta sevillista. El Sevilla intentaría a través de arreones poner las tablas en el electrónico, hecho que pudo llegar si en el 61’ no se le hubiera señalado a Negredo un dudoso fuera de juego que lo plantaba sólo ante Codina. Finalmente, a un cuarto de hora del final, el Getafe cerraría el marcador. Un genial disparo de Pedro Ríos tras el rechace de un córner se colaba por la escuadra sin que Palop pudiera atrapar el balón. Significativo gesto del jugador azulón en la celebración, haciendo una piña en torno a su entrenador.
Primera victoria a domicilio del Getafe que le da un balón de oxígeno y confianza a Míchel, y un varapalo al conjunto de Gregorio Manzano que ve como aún sigue sin consolidarse su juego.
Foto: Orgullodenervion.com
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