sábado, 11 de diciembre de 2010

Dudas olvidadas

Gran partido del conjunto bético que dominó el partido de principio a fin a excepción del inicio del segundo periodo en el que el gol del Córdoba amenazó con que la historia del pasado miércoles volviera a repetirse. Los de Pepe Mel aumentan así su distancia con los puestos de promoción tras el empate del Celta en Gerona
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Saltó el Betis al campo muy enchufado pues necesitaba demostrar que el equipo no acusó el tropiezo del miércoles. Con un ataque incisivo y una presión asfixiante el conjunto local provocaba que la salida de balón cordobesista fuera harto complicada. No obstante, pese al control, las ocasiones no terminaban de llegar con claridad mientras el Córdoba se acercaba con cierto peligro en las contadas ocasiones en que superaba con ventaja el centro del campo bético.  La desgraciada lesión de Miguel Lopes en el minuto 22 hizo obligada la sustitución. Pepe Mel acertó eligiendo a Jorge Molina como recambio pues poco después pondría al Betis por delante al resolver a la perfección un pase elevado de Salva Sevilla, magistral durante toda la tarde. Acto seguido, cuando algunos todavía no se habían sentado en el asiento, la suerte amplió la ventaja bética pues un centro defectuoso desde la derecha de Iriney se convirtió en un golazo imposible de atrapar para Raúl Navas, increpado durante toda la tarde por la grada por la supuesta implicación en la compra del partido por parte del Hércules la pasada temporada. Hasta la reanudación el marcador pudo ampliarse con un disparo de Isidoro aunque el Córdoba volvió a llegar con peligro gracias a Oriol Riera, el protagonista de todas las llegadas visitantes en esta primera mitad.

Tras el descanso, Lucas Alcaraz adelantó a las líneas y ordenó una presión constante a sus jugadores lo que motivó que el dominio verdiblanco se disipara. Por otro lado la tensión volvió apagarse momentáneamente en los locales. Fruto de todo ello, llegó el gol del Córdoba tras un contragolpe definido por Jonathan Sesma, que salió en la segunda parte, tras una pérdida absurda de Nacho. De nuevo las alarmas saltaron en el Betis pues el partido se abrió y el control del balón se alternaba con el peligro que eso conllevaría en un partido que se ganaba por la mínima. Pero la pegada es la que suele ganar los partidos. Roversio pudó sentenciar el partido cuando  su cabezazo tras falta lateral se marchó a la red,  pero la jugada fue anulada por el árbitro por falta en el salto del defensa brasileño. 

Cuando el partido ya volvía a ser un monólogo bético, Salva Sevilla se internó por banda izquierda esperando la llegada de Rubén Castro cuyo remate al larguero rebotó en el portero que reemplazó a Raúl Navas por lesión, Alberto García, estrenándose en el partido con un gol en su propia portería. De aquí al final del partido, sólo hubo un equipo sobre el terreno de juego incluso pudo aumentarse la ventaja con el consiguiente disfrute de los presentes en la grada que así se resarcían del fíasco contra el Barcelona B y veían como la ventaja de su equipo con el tercero volvía  a aumentar tras el tropiezo del Celta.

Foto de Abcdesevilla.es

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