lunes, 13 de diciembre de 2010

Demasiada solvencia y poco juego

El Real Madrid volvió a mostrar ante el Zaragoza la cara de siempre, la cara de la pegada, la de no desaprovechar una ante el rival. Mientras que los maños hacían horas extras para achicar balones, los blancos pusieron tierra de por medio gracias a dos zarpazos de Özil y Cristiano Ronaldo. El Zaragoza deberá remar mucho con la corriente en contra si quiere salvar los muebles después del parón navideño.

Foto: Realmadrid.com
El Zaragoza recibía en La Romareda a un Madrid necesitado, como será previsiblemente de aquí al final de temporada, de los tres puntos para seguir manteniendo firmemente el pulso al F.C. Barcelona. Las condiciones deportivas de los maños no eran las idóneas, con tan sólo nueve puntos - sumando una única victoria en lo que va de temporada- debían hacer frente al Real Madrid de nuevo relanzado en la senda de la victoria.

Quizá el Zaragoza se mereciera más tras un primer cuarto de hora dominando el balón y controlando la situación sin complicaciones y con algo de peligro. Pero el Real Madrid en cuanto puede mata, y eso hizo Özil. El alemán aprovechó un buen pase de Cristiano Ronaldo para batir por bajo a Leo Franco en el mano a mano, el primer tanto subía al marcador y la situación se tranquilizaba para los de Mourinho. Sin pena ni gloria los minutos iban pasando, con jugadas aisladas de Benzema, desafortunado de cara a portería pero luchador incansable, hasta que en el 44' Cristiano lanzaría desde la frontal uno de sus obuses de libre directo para batir de nuevo al cancerbero argentino. Mazazo antes del descanso para un Zaragoza que ya empezaba a aguantar el chaparrón.

La segunda mitad comenzaba con mayor intensidad para el Madrid, tanto es así, que a los dos minutos Xabi Alonso mandaría un pase magistral sobre la defensa para que Di María marcara una preciosa vaselina ante un desafortunado Leo Franco. Tras el jarro de agua fría, Aguirre hizo un doble cambio para dar salida a Ponzio y Marco Pérez, insuflándole otro aíre al equipo. Tanto es así que el gol maño llegó tras una jugada del delantero zaragocista en la que Carvalho terminó cometiendo un absurdo penalti. Pena máxima tirada por Gabi que engañó a Casillas en el disparo, serían éstos unos minutos en los que los locales se animarían y harían soñar a la grada.

Pero estos arreones locales tan sólo fueron momentáneos y todo fue un espejismo. El centro del campo, con Lass inconmensurable, supo manejar bien el balón y aguantarlo perfectamente para dormir el partido. Aún así llegarían algunas ocasiones blancas que podrían haber supuesto una goleada aún mayor, pero la falta de puntería hizo mella. Ya casi con el tiempo cumplido, Mourinho quiso dar entrada al joven Morata, uno de esos chavales salidos de "La Fábrica" en el que todos los seguidores madridistas, tan necesitados de ver a la cantera triunfar en el primer equipo, quieren confiar, y que tuvo muy pocos minutos para demostrar algo, pero que aún así pudo haber marcado un tanto en el primer balón que tocó.

No hay comentarios:

Publicar un comentario